CALAMARES A LA ROMANA
Una explosión de sabor y textura: Calamares a la romana crujientes y dorados.
Calamares a la romana es una deliciosa y crujiente preparación muy popular en muchas regiones costeras. Esta receta te guiará por los pasos para preparar este plato irresistible para 4 personas.
500 gramos de calamares frescos o congelados, limpiados y cortados en tiras o anillas.
1 1/2 tazas de harina de arroz (o harina común si prefieres).
1 taza de harina de trigo.
2 huevos.
1/2 taza de leche.
1 cucharadita de levadura en polvo.
1 cucharadita de sal.
1/2 cucharadiya de pimienta negra.
Aceite para freír.
Limón (opcional, para acompañar.
Empieza calentando el aceite para freír en una cazuela profunda o una freidora a una temperatura de unos 180-190 grados Celsius. Asegúrate de que el aceite esté bien caliente antes de empezar a freír los calamares.
Mientras se calienta el aceite, puedes preparar la masa. En un cuenco, mezcla la harina de arroz (o harina común), la harina de trigo, la levadura en polvo, la sal y la pimienta negra.
En otro cuenco, batir los huevos y añadir la leche. Mezclar bien hasta que esté todo bien combinado.
Poco a poco, añade la mezcla de huevos y leche a la mezcla de harina. Remueve bien hasta que obtengas una masa suave y homogénea.
Una vez el aceite esté suficientemente caliente, arrastra las tiras o anillas de calamar a través de la masa para asegurarte de que estén totalmente recubiertas.
Freír los calamares en pequeñas cantidades para evitar que el aceite se enfríe demasiado rápidamente. Cuando estén dorados y crujientes (unos 2-3 minutos), sáquelos del aceite y colóquelos en una toalla de papel para drenar el exceso de aceite.
Repite este proceso hasta que todos los calamares estén fritos.
Sirve los calamares a la romana de inmediato, acompañados de limón cortado en tiras para su gusto. ¡Disfruta de tu delicioso plato de calamares a la romana como aperitivo o como plato principal!
Recuerda tener precaución al manipular el aceite caliente y asegúrate de disponer de un recipiente seguro para verter el aceite utilizado una vez que hayas terminado de cocinar.