BUÑUELOS DE BACALAO
Una receta para disfrutarla todo el año
Según cuenta una leyenda, el origen de los buñuelos de bacalao se remonta al siglo XIII, cuando el rey Fernando III asedió la ciudad de Sevilla y esto provocó una escasez de alimentos. Los sitiados recurrieron a unos cargamentos de bacalao y harina almacenados en el puerto. Escondieron el pescado con el resto de ingredientes y lo sirvieron. El resultado sirvió de alimentación a la población hambrienta y pasó a ser parte del recetario tradicional. Sea o no cierta la anterior historia, ésta es una receta realmente deliciosa que está igual de buena tanto para picotear como para servir de entrante.
200 gramos de bacalao desalado.
1 cebolleta.
1 ramita de perejil.
100 gramos de harina.
150 mililitros de agua.
½ cucharadita de levadura en polvo.
1 huevo.
Aceite.
Pica finamente el perejil y la parte blanca de la cebolleta. Desmiga el bacalao eliminando bien la piel y las espinas.
Batir en un cuenco el huevo y agregar el agua, el perejil, la cebolleta, el bacalao, la harina y la levadura. Remueve un par de minutos hasta que desaparezcan los grumos de harina.
Calentar una sartén con abundante aceite y verter una cucharada de la mezcla para formar cada buñuelo. Fríe hasta que se doren, unos 3 o 4 minutos.
Deje enfriar bien la masa antes de freír los buñuelos, de esta forma le resultará más fácil darles forma.
Si quieres, acompaña a los buñuelos de bacalao con un poco de alioli.
Si se enfría el aceite durante la fritura, los buñuelos tardarán más en hacerse y absorberán más cantidad de aceite. Por eso es importante freírlos poco a poco, para que no queden aceitosos.
Para comprobar si el aceite está a la temperatura justa, añadir un poco de masa. Si la masa se hunde el aceite todavía está frío, si flota ya puedes freír los buñuelos. Cuidado con no calentar demasiado el aceite.